Recupera pasatiempos simples que pueden mejorar tu día a día

 Redescubre lo sencillo, sin prisa y sin presiones

Vivimos en una cultura del “hacer más”, donde todo debe tener un propósito, un resultado, una productividad medible. Incluso el tiempo libre se llena de metas: series por terminar, retos de lectura, medallas de ejercicio, notificaciones por revisar. Pero... ¿y si el verdadero descanso está en lo pequeño, lo cotidiano, lo que no exige nada salvo tu presencia?

Los pasatiempos simples —esos que parecen casi invisibles en el mundo de hoy— tienen un poder enorme. No solo ayudan a desconectar del estrés y la multitarea, también despiertan partes de ti que han estado dormidas por falta de espacio. No necesitas una hora libre o una gran inversión: bastan 10 o 15 minutos al día, pero con intención.

Aquí te dejamos algunos pasatiempos sencillos, accesibles, y profundamente restaurativos:

1. Armar rompecabezas, crucigramas o sudokus

Estos juegos de mesa o papel no solo son divertidos, también estimulan la memoria, mejoran la concentración y ayudan a entrar en un estado de flow, donde el tiempo se detiene. Resolver algo con tus propias manos y tu mente te da una pequeña dosis de logro, sin pantalla de por medio.

¿Sabías que…?
Hacer crucigramas regularmente está relacionado con una menor tasa de deterioro cognitivo en adultos mayores.

2. Cuidar plantas

No es necesario tener un jardín. Una maceta en el balcón o una suculenta en tu escritorio puede ser suficiente. Regarlas, trasplantarlas, verlas brotar... es una forma silenciosa pero poderosa de conectar con el presente. Cuidar algo vivo, sin presión, también te recuerda que el crecimiento lleva tiempo, pero ocurre.

Beneficio emocional:
Ver una planta que crece gracias a ti genera una sensación de logro y vínculo con la naturaleza, incluso en plena ciudad.

3. Cocinar algo nuevo (o preparar tu comida reconfortante de siempre)

La cocina puede ser una forma de meditación activa. Cortar ingredientes, oler especias, escuchar el hervor... activa tus sentidos y te regresa al momento presente. No se trata de lograr platos dignos de Instagram, sino de disfrutar el proceso. A veces, una receta heredada o algo que te preparabas de niño puede reconectar con tu historia.

Idea extra:
Haz un “lunes de sopa”, o un “sábado de panqueques”... crear rituales semanales da estructura emocional a tu tiempo libre.

4. Escribir a mano

En un mundo dominado por pantallas, escribir a mano es casi un acto de resistencia suave. Llevar un diario, escribir una carta a alguien que extrañas (aunque no la envíes), hacer una lista de cosas bonitas del día, o incluso garabatear frases sin sentido. La escritura manual tiene un efecto calmante, introspectivo y terapéutico.

Tip para empezar:
Usa una libreta bonita que te inspire. No escribas bien, escribe lo que necesites.

5. Tejer, bordar o hacer manualidades

Estas actividades tienen un ritmo natural, repetitivo, que calma el sistema nervioso. Son ideales para desconectar del ruido exterior mientras tus manos se mantienen activas. Además, crear algo tangible —aunque no sea perfecto— te reconecta con la satisfacción de “hacer por gusto”.

No subestimes lo pequeño:
Un llavero tejido, una libreta decorada, una bufanda iniciada... son pequeños logros que suman bienestar.

Lo que importa no es hacerlo bien, sino hacerlo con gusto

Muchas veces evitamos los pasatiempos porque sentimos que no tenemos tiempo o que no somos “buenos” en ellos. Pero ahí está la trampa: no son tareas, no tienen que servir a nadie más que a ti. Su valor no está en el resultado, sino en el descanso que ofrecen, en el momento íntimo que generan.

✨ Darte permiso de hacer algo solo porque sí —sin meta, sin prisa, sin exigencia— puede ser el acto más revolucionario y sanador de tu semana.

Por 

Alondra Utrera